Relojes automáticos

Por qué comprar un reloj automático …

Ahora que ya han entrado en nuestras vidas los llamados “relojes inteligentes”, más reivindico la relojería, llamémosle tradicional, de los relojes automáticos de toda la vida. No estoy en contra de esta nueva categoría de relojes, es más, creo que la competencia es necesaria aunque sólo sea para reafirmar la identidad de una marca. Sinceramente, no entiendo el revuelo y las páginas en prensa y noticias que se les han dedicado, que responde más a una potentísima campaña de márqueting que por lo novedoso del producto, o por lo que nos aporta de nuevo.

Crear mi reloj automatico

Relojes automáticos vs relojes inteligentes

  • Sí, es cierto, los relojes inteligentes incorporan desarrollo y la tecnología más avanzada en cuanto a chips, procesadores y pantallas táctiles pero yo personalmente no encuentro que sea para nada novedoso (sin entrar en aspectos de diseño). Los veo como un subproducto de la telefónica móvil que ha aprovechado la tecnología desarrollada hasta el momento para meternos con calzador una nueva categoría de producto y exprimir un poco más al consumidor.
  • Si buscamos relojes inteligentes con funciones “útiles”, que yo recuerde, ya existen desde hace por lo menos 15 años. Lo que pasa que no se han prodigado fuera del ámbito del deporte, y si no que le pregunten a los de Polar, por ejemplo.
  • En cuanto a tecnología y desarrollo, pues no sé qué decir, pero para llegar al nivel actual de la relojería tradicional han hecho falta más de 150 años de desarrollo de la industria relojera y disponer de una tecnología e industria auxiliar puntera. Recordemos para los no conocedores del sector: Un reloj con movimiento mecánico es capaz de medir el tiempo con desviaciones de +/- 2 o 3 segundos al día a partir del perfecto acoplamiento de más de 150 piezas entre engranajes, ruedas, resortes y espirales. Sin pilas ni más fuente de energía que la acumulada en su espiral a partir del propio movimiento de la muñeca (movimiento mecánico de cuerda automática) o girando la corona de forma manual (movimiento mecánico de cuerda manual). Este mecanismo tiene el tamaño aproximado de una moneda de dos euros y un grosor de unos 5-6mm. Sin lugar a dudas una verdadera obra de micro-ingeniería mecánica.

mare nostrum

Y ahora vamos a lo que yo creo que es el fondo de la cuestión;

Si acudimos al diccionario, la definición de reloj es: “instrumento para medir el tiempo o para indicar la hora del día”. O cambiamos la definición del diccionario o le cambiamos el nombre a estos artilugios por el de “no reloj” porque está claro que lo de la hora es lo de menos. Pero por qué narices se empeñan en darle funcionalidades a un reloj de pulsera? de verdad pensamos que ahí radica (radicará) el éxito de estos artilugios? Por poner un ejemplo, por qué las mujeres compran zapatos de tacón alto? La compra de un par de zapatos de tacón no responde a una necesidad funcional; caminar (es más, está totalmente desaconsejado por los médicos), sino que es del todo emocional, responde a unos impulsos de compra difíciles de identificar que tienen su origen en lo más recóndito de nuestro cerebro (Martin Lindstrom lo explica muy bien en su libro “buyology”).

Factores emocionales, claves en la compra de un reloj automático

Con la relojería tradicional pasa lo mismo, la compra de relojes automáticos es del todo emocional. Da igual que el reloj tenga un sin fin de funciones, si la marca no conecta emocionalmente conmigo, sino me siento identificado con ella, no lo compraré (partiendo de la base, claro, que el reloj estéticamente me guste … y lo pueda comprar). Ese ha sido el éxito, por ejemplo, del reloj de la manzana, NO la tecnología, sino La manzana.

Seguramente el marketing de la relojería tradicional ha fallado. Tradicionalmente los relojes automáticos se han dirigido a un público especializado y entendido, coleccionista, y no se ha sabido (o no se ha querido, o no ha hecho falta) llegar a un público más generalista, no tan conocedor de la relojería, pero interesado en buscar marcas diferentes, nuevas propuestas con las que sentirse identificado y vivir emociones.

Para las marcas tradicionales de relojería opino que el camino no pasa obligatoriamente por empezar a fabricar “híbridos” de relojes automáticos (excepto para las marcas que obligatoriamente deben estar presentes en todas las categorías de producto), sino en reafirmar su identidad y conectar emocionalmente con los que hasta ahora han sido unos desconocidos. La relojería tradicional tiene mucho de diseño y de tecnología como para dejar que los “no relojes” nos adelanten por la derecha. Nos falta generar emociones y transmitir valores.

Empezamos nosotros:

Algunos dicen: “Designed in California”

Nosotros decimos: “Designed …. and manufactured and assembled in Barcelona”.

Haz el trabajo con todo tu corazón y tendrás éxito, hay poca competencia – Elbert Hubbard

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